El hijo del gobernador
de Arkansas,
marcha cabizbajo
bajo la mirada omnipresente del padre.
Ha visto su pelo
proyectado a treinta años vista
y un fantasma del futuro,
acusador.
El padre lo ve marchar derrotado,
y se ríe de sus pasos de paja.
Arkansas, nunca volveré
a mirarme en el espejo.