La cabra falsa del Himalaya
mira con desdén al conejo interrogante
sobre un tapete africano.
- ¿Cómo hemos terminado
tú y yo aquí,
cornúpedo rayado?
¿Acaso crees que tenemos alas
como el pato de ojo tuno?
- Niños, señor conejo.
Cosas de niños.
Después de eso,
permanecen inmóviles
entre carcajadas de pasillo.
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