sábado, 30 de junio de 2012

SI A MI ME GUSTA QUE SUENEN

                                   (Escuela de Anguita, que el próximo año permanecerá cerrada)

SI A MI ME GUSTA QUE SUENEN

Al caer la tarde zumbido de moscas
y ladridos de perros atados en un corral.
En la casa, trajín de maletas
sin cerrar.
Pálpito de balón de reglamento sobre el alquitrán
y sudor de niños con las caras coloradas por el sol;
el pueblo se siente invadido de gritos
como un campamento de verano
que quedó abandonado en el frío invierno.
El río, mermado por la sequía,
corre suave
bajo el Molino de Jesús
y sus inventos para una olvidada
exposición universal del siglo diecinueve.
Ya no se oye el chirriar
de los columpios del colegio,
sus puertas permanecerán cerradas
hasta nueva orden
que tardará años en llegar,
si es que algún día llega.
"Si a mi me gusta que suenen
pa que los quiero engrasaos"


                                                                  (Que no se cierren más colegios de la escuela rural.
                                                                                    A mí me gusta que suenen)

sábado, 23 de junio de 2012

Kaspar Hauser (¿dónde estás Werner Herzog?)





Kaspar Hauser (¿dónde estás Werner Herzog?)

¡Vuela Kaspar Hauser!
Ve corriendo a tu desierto y hunde tus extrañas botas en sus dunas,
escucha al ciego bereber y sigue el norte que marca el sabor de la arena.
Ríete de los artilugios de metal y de las brújulas modernas.
Abre las puertas de la ciudad escondida para ver qué tesoro esconde,
con tu mirada inmóvil de recién llegado al mundo.
Allí te espera el monarca enano de Punt;
el niño al que Mozart abdujo
y el sonido de la flauta del inca despojado,
que trepó al árbol para huir de sus manos enguantadas en blanco.
Al igual que tú, son los huérfanos de Europa.

Recorre los caminos del Caúcaso
al abrigo de tu manto tarkovskiano
y pregona a los cuatro vientos
que todo lo que hace latir tu corazón
está dentro de ti,
que nadie te lo ha dado.
Que sólo te dieron la palabra
para escuchar las suyas puestas en tu boca.

Silogismos disyuntivos que afirman lo negado
no alcanzan a saber de la existencia del sapo
que nos ayuda a conocer la verdad;
los mentirosos son batracios ante los demás
y  los honestos dicen no serlo por temor a la mentira.

Olvida la rancia Europa,
sus hombres de negra levita y sombrero de copa
ya tienen lo que ansiaban:
un cerebro entre sus manos
para distinguirte de ellos,
para decir que tú eres el loco
de pensamiento anómalo y salvaje.
Sin el acta del secretario jorobado
no podrían dormir por el peso de la duda inquieta.

La educación para el "pequeño salvaje" de L´Aveyron
es la que recibimos todos
como yugo a lomos de buey
tirando de sus carretas.
Es la que diseñaron para pasearte en el circo freak,
alimento de compasión aristócrata y burguesa.
Te enseñaron a soñar
para luego revelarte el misterio
de que los sueños estaban reñidos con la realidad.

Como tú mismo dijiste,
estabas mejor en tu caverna,
con tu caballo sin jinete
de madera.

Ahora ya eres libre,
de sus torres izadas por arquitectos gigantes
y de sus cadenas.
Ni en el momento de partida comprendieron
que tu historia sin final
era su enigmática condena.

martes, 5 de junio de 2012

TAJUÑA: El Río de Kurosawa.



                              (El Río Tajuña visto desde mi casa, Anguita, cualquier mañana de invierno)      


TAJUÑA: El Río de Kurosawa

Amanece dormida la quietud
y sólo el rumor del río
y el canto del pardillo
la acompañan
bajo la inmóvil burbuja celeste.

Me sobran las pocas luces
del alumbrado público
que todavía permanecen encendidas.

No necesito caminar
para saber lo que sucede
diez mil varas más al este
o al oeste
y sin embargo me gustaría estar allí
para escuchar al río
nacer cada día en El Recuévano;
pasar por Luzón, como un correcalles
de diablos negros cubiertos de hollín;
o junto al puente del Ceño del Ojo
y el secreto que guardan
sus tumbas olvidadas.
Desde más allá
la Torre de La Cigüeña,
guardián de piedra,
lo avista cada mañana
y nos lo anuncia con un alarido mudo.

Lo escucho saltar
bajo la oxidada compuerta
de la fábrica de Harinas La Prusiana,
y también sorteando el Castillo (que sólo fue torre)
de Albalate.

Mi oído sólo alcanza
hasta el cementerio de Cortes,
y allá lo pierdo,
como si lo acompañase en su entierro.
Sabiendo que nunca llegaré a entender
que el río sigue
aunque no pueda imaginar como son sus huellas
ni sus pasos.

lunes, 4 de junio de 2012

SCOLOPENDRA CINGULATA

                     (Escolopendra encontrada en el paraje de Las Ceñas - Anguita)

Scolopendra Cingulata

Como un tren de juguete
camina la escalopendra.
Avanza, hace una parada
aunque no necesita repostar
y se queda inmóvil, ciega,
intuyendo lo que pueda pasar.
Artrópodo esquivo,
pesadilla de mar.

Al tiempo se enrosca,
muestra al sol el brillo
de sus colores sulfídricos
invitando a no acercarse,
a estimar el riesgo
y sopesar la proximidad impaciente
del que se ve atraído por sus anillos articulados.

Como un ciempiés radioactivo
camina la escalopendra.
Sus uñas frontales
recuerdan falanges primigenias
de los antiguos dioses-monstruo
que poblaron la tierra.

Corre, refúgiate bajo las piedras
y huye. Como sigas ahí quieta
pensaré que te ríes de mi tamaño
diez mil veces mayor que el tuyo,
o que me retas sabiendo
que si me acerco a ti
tus progenitores gigantes
me harán temblar de miedo
cuando los sueñe
reptando bajo mi cama.

Escalopendra.

¿Por qué no me habré encontrado
con un triste ciempiés
inspirador de poemas infantiles?