sábado, 23 de junio de 2012

Kaspar Hauser (¿dónde estás Werner Herzog?)





Kaspar Hauser (¿dónde estás Werner Herzog?)

¡Vuela Kaspar Hauser!
Ve corriendo a tu desierto y hunde tus extrañas botas en sus dunas,
escucha al ciego bereber y sigue el norte que marca el sabor de la arena.
Ríete de los artilugios de metal y de las brújulas modernas.
Abre las puertas de la ciudad escondida para ver qué tesoro esconde,
con tu mirada inmóvil de recién llegado al mundo.
Allí te espera el monarca enano de Punt;
el niño al que Mozart abdujo
y el sonido de la flauta del inca despojado,
que trepó al árbol para huir de sus manos enguantadas en blanco.
Al igual que tú, son los huérfanos de Europa.

Recorre los caminos del Caúcaso
al abrigo de tu manto tarkovskiano
y pregona a los cuatro vientos
que todo lo que hace latir tu corazón
está dentro de ti,
que nadie te lo ha dado.
Que sólo te dieron la palabra
para escuchar las suyas puestas en tu boca.

Silogismos disyuntivos que afirman lo negado
no alcanzan a saber de la existencia del sapo
que nos ayuda a conocer la verdad;
los mentirosos son batracios ante los demás
y  los honestos dicen no serlo por temor a la mentira.

Olvida la rancia Europa,
sus hombres de negra levita y sombrero de copa
ya tienen lo que ansiaban:
un cerebro entre sus manos
para distinguirte de ellos,
para decir que tú eres el loco
de pensamiento anómalo y salvaje.
Sin el acta del secretario jorobado
no podrían dormir por el peso de la duda inquieta.

La educación para el "pequeño salvaje" de L´Aveyron
es la que recibimos todos
como yugo a lomos de buey
tirando de sus carretas.
Es la que diseñaron para pasearte en el circo freak,
alimento de compasión aristócrata y burguesa.
Te enseñaron a soñar
para luego revelarte el misterio
de que los sueños estaban reñidos con la realidad.

Como tú mismo dijiste,
estabas mejor en tu caverna,
con tu caballo sin jinete
de madera.

Ahora ya eres libre,
de sus torres izadas por arquitectos gigantes
y de sus cadenas.
Ni en el momento de partida comprendieron
que tu historia sin final
era su enigmática condena.

2 comentarios:

  1. que buena reseña......justo ayer la vi, por eso la andaba buscando...no se con que sorprenderme mas, si con la historia, si con la excelente pelicula o con el misterio que todo jusnto entraña....garcias por compartir tu bonito poema

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  2. A mí la verdad que también me sorprendió, me la recomendó un colega y estuve viendo algunas pelis de Herzog que no conocía y tanto esta como "Aguirre: la cólera de Dios" me tuvieron con los ojos de par en par en el sofá.
    Gracias

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