domingo, 16 de diciembre de 2012

Bornova, espejo del cielo.





Bornova, espejo del cielo

Custodian el río Bornova
montañas negro y ocre,
espejo del cielo gris de invierno,
recortadas por la mano torpe,
ingenua,
del paso del tiempo.
Enmohecidas moradas para enanos
se mantienen en pie
sólo con el calor del ganado
y las estatuas de robles desnudos.
Imaginarias casas para brujas
si hubiese alguien a quien embrujar.
No hay cantares,
ni canciones,
ni caminos,
donde la vida no asoma
ni para mirar en un descuido.
Queda el río,
con su eco peregrino,
ajeno al viandante
que mengua a cada paso
y se encuentra, perdido.

A nadie espera el paisaje lunar.
Muere el brillo de la pizarra
sin ojos que lo puedan mirar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario