martes, 6 de marzo de 2012

En la cola del Santander


míralo aún sigue en la puerta con el móvil pegado a la oreja como un complemento más de su pelo engominado o de su brillante alopecia.
me gustaría saber de qué cojones se ríen en la puerta de sus bancos con el maletín en una mano y el móvil en la otra hablando con alguien que seguramente se está riendo también de lo mismo que este primero.
seguro que se ríen de mí  de nosotros y se lo cuentan el uno al otro mientras yo miro con mi cara de lelo sin saber ni qué decir pero con una ganas locas de plantarles un puñetazo en los morros  y ver como se caen al suelo sus gafas de montura al aire haciéndose mil pedazos sus cristales orgánicos.
no no te rías o al menos no lo hagas delante de mí en la puerta de tu finca blindada mientras mi dinero te hace tanta gracia como para contárselo a otro con tu mismo traje ondeante como bandera negra y tu misma cara de gilipollas y sólo vosotros dos le pilléis la gracia al chiste.
o si no ríete pero no llames a tus abogados cuando te parta los morros y después llame con tu móvil  para contarselo a un colega y nos doblemos de risa mientras compruebas que entre los dientes que se tambalean en tu boca aún queda alguno ileso. seguramente sean las muelas del juicio.

- El siguiente por favor -.

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